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Cagar en la India

Viajar a la India: aquí le contamos cómo es comer y cagar en la India


CAGAR
Debo empezar diciendo que hay un pueblo, en Himachal Pradesh, en el norte de la India, que se llama Popó. O Poo, en inglés. Y también que la mitad de la gente en ese país caga al aire libre. O sea, algo más de 700 millones de personas cagan, al menos una vez al día, en los ríos, parques, playas, calles y canales de agua de los pueblos.

Se ve a diario desde la ventana del tren: una fila de indios acurrucados, con una botella de agua en la mano, llevando a cabo sus necesidades en pleno potrero. La noción de lo privado en India tiene características únicas. Las casas, por ejemplo, siempre están abiertas, la gente duerme en la sala de su casa y anda desnuda sin problema por lugares públicos. También van al baño en grupo.

El concepto de vergüenza, como se entiende en Colombia, por ejemplo, no existe para los indios. Si le riegan el té encima, la gente no le pide perdón. Si lo despiertan con alaridos, no caen en la cuenta de que eso para usted es un inconveniente. Si por alguna razón extraña les da por pedir perdón, dicen “sorry”, porque en hindi esa palabra no existe. 

Lo mismo pasa con las necesidades y propiedades del cuerpo: si todo el mundo caga, si usted y yo lo hacemos todos los días, ¿de qué hay que avergonzarse? Por eso cagan al frente de uno, en la carrilera del tren, al pie de la carretera, frente al templo o el restaurante. Porque no tienen vergüenza. Y, a diferencia de los occidentales, que solo cagamos en nuestra casa y no hablamos del tema con nuestra mamá, los indios son conscientes de que los hombres también somos animales. Que excretan. 

Los hábitos bañísticos en India son inverosímiles. Lo primero es que la gente se limpia con la mano. Y de ahí la botella que siempre lleva en la mano ese flaco que anda por ahí agachado plantando sus pinos. Se limpian con la mano porque la comida es demasiado picante y condimentada. En consecuencia, bueno... Entonces: para que no duela, la mano resulta mucho más cómoda que el papel. 

A las particularidades gastronómicas también se debe que el carácter de la deposición sea acuarela. Pisar mierda humana en India no es un evento extraordinario, y que esta no sea sólida, tampoco. 

Ahora bien: la mano tiene que ser la izquierda. Según el hinduismo, todo lo que viene de ese lado del cuerpo se entiende como desagradable e impuro. Por eso, siempre que uno le vaya a dar la vuelta a un templo tiene que darla con el lado izquierdo del cuerpo hacia afuera. También por esa razón la gente desarrolla habilidades extraordinarias para solo comer —arroz, lentejas, ensalada— con su mano derecha. Por eso en India no se come sopa (¿qué vino primero: la sopa o la cuchara). En muy pocos restaurantes locales hay cubiertos. Y, así uno decida comer con las manos, le tomará años aprender a hacerlo solo con la mano derecha. Al ver que uno toca la comida con la mano izquierda, los indios terminan sintiendo repugnancia por uno. Entonces uno es el cochino. Acá reina la paradoja. 

En India, el 20% de la población urbana y el 70% de la población rural no tienen inodoro en su casa. Y los inodoros no son necesariamente dignos de llamarse como tal: hablamos de un hueco en el piso con dos huellas a los lados sobre las cuales uno se agacha y hace del cuerpo. Si tiene suerte, hay un tubo a un lado del que nos podemos agarrar los occidentales, que nos caemos hacia atrás al agacharnos en dos patas. 

Con eso, cada indio pone su grano de arena, o de mierda, para contribuir a las 100.000 toneladas de excremento humano que se producen en India a diario en diferentes lugares, como las plantaciones de tomate, de zanahoria o de espinaca; o en los ríos por los que pasa el agua que llega a los baños. 

Por la comida, por el agua o por los olores escalofriantes que hay en cada rincón, el 80% de los extranjeros que visitan India se enferman del estómago, hasta tener que volverse expertos en estas prácticas tan naturales y absurdas a la vez: cagar sin papel, sin baño, en público. Tan común es la diarrea en los turistas, que los hoteles ponen negocio de enfermería. Es inevitable: así uno purgue cada sorbo de agua que se toma, así se lave los dientes con agua embotellada, así solo coma en restaurantes formales, así tome las precauciones más paranoicas, igual se va a enfermar. India, en otras palabras, da diarrea.

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